El autor, quien escribe bajo el seudónimo de HARUN YAHYA, nació en Ankara en 1956. Completó sus estudios primario y secundario en ésa ciudad y luego estudió Bellas Artes en la Universidad Mimar Sinan de Estambul y Filosofía en la Universidad de Estambul. A partir del decenio de 1980 ha publicado muchos libros sobre política, temas relacionados con la fe y con las ciencias. El hecho de haber escrito obras muy importantes que ponen al descubierto la impostura de los evolucionistas, la invalidez de sus suposiciones y la tenebrosa vinculación entre el darwinismo y las ideologías sanguinarias como el fascismo y el comunismo, lo han hecho una persona muy conocida.

El seudónimo del autor está constituido por los nombres 'Harun' –Aarón-- y 'Yahya' –Juan--, en memoria de ambos Profetas, quienes lucharon contra la infidelidad. El sello del Profeta sobre la cubierta de los libros tiene un carácter simbólico y está vinculado a sus contenidos. Dicho sello representa al Corán (la última escritura) y al Profeta Muhammad, el último de los profetas. El propósito que anima al autor, bajo la guía del Corán y de la sunnah, es refutar cada uno de los pilares fundamentales de las ideologías ateas, al punto que quienes argumentan en contra de la religión se queden mudos, sin saber qué decir. El sello del último de los profetas, quién obtuvo la sabiduría en su más elevado nivel y la perfección moral, es usado por Harun Yahya como un signo de la intención que lo anima frente a los que repudian la creencia religiosa.

Todas los trabajos del autor se centran en un objetivo: comunicar el mensaje del Corán, animar a pensar sobre las cuestiones básicas relacionadas con la fe (como la existencia de Dios, Dios Uno y el Más Allá) y poner al descubierto los fundamentos endebles de las ideologías pervertidas de los sistemas ateos.

Los lectores que disfrutan de los escritos de Harun Yahya son muchos y están en todo el mundo: desde la India a USA, desde Inglaterra a Indonesia, desde Polonia a Bosnia, desde España a Brasil. Algunos de sus libros están disponibles en inglés, francés, alemán, castellano, italiano, portugués, urdú, árabe, albanés, ruso, serbo-croata (bosnio), polaco, malayo, uygur, turco e indonesio.

Esos libros han servido como un instrumento para que muchas personas recuperen su fe en Dios y para que otras profundicen el discernimiento sobre su certidumbre religiosa. La lógica que poseen, junto a su fácil comprensión y bello estilo, dan a estos trabajos un toque de distinción que conmueve a cualquiera que los lea o estudie. Dado que sus planteos son inobjetables, los escritos se caracterizan por su efectividad inmediata, los resultados definidos y la imposibilidad de refutarlos. Es muy difícil que quienes los lean con atención puedan seguir defendiendo con sinceridad la filosofía materialista, el ateísmo o cualquier otra ideología o filosofía pervertida. Y aunque sigan en alguna de esas posiciones negativas, lo harán solamente por motivos sentimentales, puesto que el autor las destruye desde sus mismas raíces. Todos los movimientos que niegan la religión quedan desde ahora derrotados ideológicamente gracias al conjunto de trabajos escritos por Harun Yahya.

No cabe ninguna duda de que las características de esos libros son el producto de la sabiduría y lucidez del Corán. El autor sólo intenta servir como un modesto medio en la búsqueda, por parte de la gente, del sendero recto de Dios. Con la publicación de estos trabajos no se persigue ningún beneficio material.

Considerando lo dicho, quienes animan a otros a leerlos prestan un servicio muy importante, pues los mismos "abren los ojos" y guían para ser más devotos servidores de Dios.

Asimismo, sería injusto perder el tiempo y energía difundiendo otras obras que confunden, conducen al caos ideológico y no sirven para remover las dudas del corazón de los individuos.

Está claro que un libro que se dedica a hacer sobresalir la capacidad literaria del autor antes que apuntar a impedir que la gente pierda la fe religiosa, no podrá tener un gran efecto.

Quienes dudan que eso sea así, pueden ver fácilmente que el único objetivo que persiguen los libros de Harun Yahya es superar la incredulidad y diseminar los valores morales del Corán. El éxito e impacto de este servicio se manifiesta en la convicción que adquieren los lectores.

Hay algo que debería tenerse en cuenta: la principal razón para que continúen la crueldad, los conflictos y los grandes atropellos que sufre la mayoría de la población, estriba en el dominio ideológico de la incredulidad. Dicha situación puede finalizar solamente con la derrota ideológica de la misma, haciendo conocer las maravillas de la creación y la moralidad coránica de modo que se viva según ésta. Considerando la situación del mundo de hoy día, que conduce a la gente a una espiral de violencia, corrupción y enfrentamientos, la tarea de moralización indicada debe hacerse con premura y de manera efectiva, pues de otro modo puede ser demasiado tarde.

No es exagerado decir que el conjunto de escritos de Harun Yahya ha asumido esa tarea primordial. Si Dios quiere, estos libros serán un medio a través de los cuales los seres humanos del siglo veintiuno obtendrán la paz, la justicia y la felicidad prometidas en el Corán.